Un bloque amarillo sobre uno rojo, un cuadrado tras un rectángulo y la torre se hace más grande. La secuencia natural creada a manos de un niño con un juego de Lego se ha convertido en la piedra angular de una corriente del diseño y la construcción. La arquitectura modular plantea soluciones dinámicas para hacer espacios más sostenibles y maleables.

Del auge de las casas prefabricadas en Estados Unidos en 1890, pasando por la innovación de la industria militar y de asistencia a emergencias, se ha dado el paso a la captura de diseño y novedad sin perder la buena marca en el cronómetro.

Como una contraposición entre el arte y la necesidad industrial, la arquitectura modular unió extremos que parecían irreconciliables, de allí que desde la década de los 20 la escuela alemana de Bauhaus configurara una relación entre los espacios para la gente y las corrientes del cubismo y el racionalismo.

Superando la barrera de los costes, que ha sido el principal atractivo de la modulación, las nuevas tendencias apuntan a la integración de tecnologías. Los espacios modulares se complementan ahora con modelos de energía eficiente (como capas para generación solar), materiales de construcción con propiedades térmicas y los más altos estándares de certificación LEED.

En principio, la industrialización de la construcción se piensa para viviendas, pero ¿quién ha construido solo una casa con un juego de Lego? De esto resultan parques, atracciones y, en general, todo un ambiente social. Ese es el caso de la Cité A Docks, en Le Havre, Francia, donde se diseñó una residencia de estudiantes de 100 apartamentos con viejos contenedores que suple la necesidad de ocupación en la zona.

Hacia allí va la creación modular; la expansión de estos diseños llegará al espacio público, donde las compañías tendrán un nueva manera de brindar experiencias de la mano de la arquitectura, con menos costes e ilimitadas posibilidades.

En ENERO Arquitectura vamos un paso adelante. Para brindar más que la configuración de un lugar, generamos soluciones de alto impacto, que promuevan experiencias y desarrollen el potencial de cada espacio. Este es el caso de la guardería modular que edificamos en Móstoles o del Hospital de Alcalá, en cuya construcción trabajamos actualmente. Ambos edificios, construidos mediante módulos, son un ejemplo de que esta técnica permite la optimización de los recursos a la vez que la consecución de unos resultados de gran calidad.