“Los StarArchitects han dañado mucho nuestra imagen”

Tras cerca de ocho años trabajando para otras firmas y convencido de que el sector se alejaba cada vez más de la realidad, Paco Ortega decidió fundar Enero. “Es injusto que se nos considere sólo en nuestro papel como diseñadores. Nuestras funciones abarcan mucho más”, apunta.

¿Cuál es tu formación académica?
Soy Arquitecto por la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM), de la Universidad Politécnica. Además, hice un año de Degree en The Bartlett School de Londres y un Máster en Program for Management Development en ESADE.

¿Hay algún proyecto arquitectónico en concreto que resuma o que iniciara tu pasión por la arquitectura?
Siempre me han fascinado la arquitectura popular y los edificios históricos. Mantienen una relación directa entre lo construido y el espacio que generan. La sensación espacial más impresionante que he tenido en mi vida ha sido bajo la cúpula central de la mezquita Aya Sofía en Estambul. Existen pocos espacios tan rotundos y coherentes en la historia. La arquitectura contemporánea sufre de falta de sinceridad y objetividad.

En tu opinión, ¿en qué estado se encuentra hoy el sector y hacia dónde debe dirigirse?
Es un sector tan sumamente atomizado –con el 60% de estudios unipersonales en España y el 50% en EEUU —que impide su organización y genera mucha debilidad frente a otros colectivos técnicos, como los ingenieros. El sector debería dirigirse hacia la concentración en estudios organizados con una estructura empresarial sostenible.

¿Cuál es el tópico sobre los arquitectos y la arquitectura que te parece más injusto?¿Y el más ajustado a la realidad?
El más injusto es que, en esa pérdida de percepción de valor, se nos considera solamente en nuestro papel como diseñadores. Nuestras funciones abarcan mucho más, desde las cuestiones puramente técnicas de la construcción, hasta las culturales como, por ejemplo, la identificación de las formas eficientes de utilizar un espacio. Por otro lado, el tópico más ajustado a la realidad es que vivimos en permanente estado de precariedad.

¿Crees que el trabajo de arquitecto vuelve a contar con la reputación previa a la crisis tras unos años que entendemos que han sido muy duros para el sector?
Aún no, pero creo que en breve veremos una mejoría de nuestro percepción por la sociedad. Los StarArchitects han dañado mucho nuestra imagen y han distorsionado una profesión con mucha más complejidad de la que se percibe hoy día. Necesitamos recuperar la confianza de la sociedad a la que hemos dado la espalda en los últimos años.

¿Cómo decidiste fundar Enero?
Realmente después de trabajar casi 8 años para otras firmas, me di cuenta de que la profesión estaba sufriendo grandes cambios y separándose de la realidad cada vez más (presupuestos abiertos, plazos abiertos, equipos poco eficientes, etc.). Por otro lado, también percibía un alejamiento del arquitecto como creador de soluciones innovadoras para repetir clichés y fórmulas supuestamente exitosas en las que “todo vale”. Mi concepto de estudio de arquitectura era hacer confluir el papel creativo, casi artesanal, de los arquitectos, con el productivo pro-eficiente de las ingenierías. Además, me parecía injusto que los arquitectos nombraran sus estudios con su nombre propio, cosa que es absolutamente distorsionadora, puesto que la solución a la complejidad a la que nos enfrentamos hoy en día proviene (y es absolutamente necesario que así sea) de la mente de varios especialistas. Con Enero, quería formar un ecosistema horizontal que permitiese a los profesionales desarrollarse y dialogar, no imponer soluciones.

¿Cuáles son tus funciones principales dentro del equipo?
Como Dirección general, mi función dentro del estudio es la de crear y mantener un entorno amplio, eficaz y seguro para poder ejercer la profesión.

¿Qué crees que hace diferente a Enero frente a otros estudios?
Es un estudio de estudios, es decir, es un paraguas empresarial en el que caben muchos y diversos arquitectos y arquitecturas. Si tú vienes con un proyecto de estudio, nosotros le damos forma, protección, comercialización, etc. Enero es una actitud y no un catálogo de soluciones.

¿Cómo es el día a día en el estudio?
Intenso. En las 3 oficinas trabajamos en Open Space para poder compartir y debatir nuestras ideas, reflexiones y cualquier tipo de información en todos los ámbitos. Esto genera discusiones en las que cualquiera que participe pueda llegar a la solución que se desarrolle, ya sea un júnior o un director de proyectos.

De entre los proyectos que estás desarrollando en la actualidad, ¿te gustaría destacar alguno por su singularidad?
Las rehabilitaciones de edificios históricos, porque creo que ahora mismo son nuestro enfoque diferencial, como la reforma de hospitales lo fue al inicio del estudio. El cambio de enfoque y la excelencia del resultado me hacen pensar que estamos realmente haciendo las cosas distintas y más adaptadas a los requerimientos de la actualidad.

Tras todos estos años al frente de Enero, ¿cuál ha sido la mejor experiencia vivida en el estudio?
Tengo en la retina muchos momentos maravillosos a lo largo de los 10 años que vamos a hacer en 2016. Desde la sensación de tener el vello erizado al meterme debajo de la primera estructura que construí, hasta la sonrisa de Jorge Sánchez (director de proyectos conmigo desde hace varios años), al tener la misma sensación bajo la bóveda de cañón que hemos terminado hace poco en una capilla. Nuestro punto de inflexión como estudio vino cuando ganamos el concurso del Hospital de Villalba. Recuerdo con gran cariño el salto y el grito que dimos en plena Consejería de Sanidad después de escuchar el veredicto. La gente se quedó a cuadros.

Y fuera de Enero, ¿qué te gusta hacer en tu tiempo libre?
Cultivo con pasión dos grandes aficiones, la pesca deportiva y el diseño – cultivo de bonsáis. Ambas están relacionadas con el entorno natural, que es el medio en el que mejor me encuentro. Creo que la arquitectura fracasa cuando hace que vivamos en ciudades o edificios que no respetan las leyes naturales de interconexión entre seres vivos, con todo lo amplio y profundo que esta afirmación pueda sugerir.