A principios de los años noventa, el antropólogo Marc Augé publicó la obra Los no lugares, espacios del anonimato. Una antropología de la sobremodernidad, un libro que hablaba de los espacios de paso como el resultado de las sociedades sobremodernas. En dichas sociedades, los modos de vida social de los seres humanos cambian, lo que genera una distinción de los distintos espacios; por un lado, están los considerados lugares antropológicos —caracterizados por ser fijos y estables—, y por otro, los no lugares, utilizados por los individuos como lugares de tránsito. Algunos de los considerados no lugares son los hoteles, los hospitales, los aeropuertos, las autopistas o los supermercados.

En teoría, los no lugares solo pueden producir relaciones efímeras y provisionales. Las personas que se encuentran en estos espacios se sienten ajenas, desvinculadas. Consideran que su estancia en ese sitio es temporal y, por eso, marcan una distancia con el espacio y no lo consideran como algo propio. Los no lugares dan sensación de soledad, de individualismo, de no reconocimiento del otro.

Sin embargo, en nuestro estudio buscamos cambiar esta percepción. Como especialistas en la construcción de arquitectura hotelera y hospitalaria, queremos reivindicar la importancia de estos no lugares y demostrar que, aunque sean espacios de paso, pueden llegar a ser tan relevantes como los lugares antropológicos donde vivimos experiencias más a largo plazo. Los llamados no lugares son sitios donde siempre suceden cosas importantes.

En ENERO Arquitectura trabajamos para que las personas que vayan a utilizar nuestros hospitales y hoteles se familiaricen rápido con el edificio; que no se sientan como extraños cuando crucen la puerta de entrada. Hemos comprobado que disponer los elementos arquitectónicos de determinada manera ayuda a establecer una relación más próxima y hace que las personas reconozcan en el lugar un lenguaje compartido que entienden y que les hace sentirse bien.

Esto es especialmente importante en los hospitales, lugares donde los pacientes acuden por necesidad. Nos gusta pensar que una ventana con buenas vistas puede acelerar la recuperación, de manera que trabajamos, no solo para construir un edificio, sino para que las personas tengan una mejor calidad de vida.

Los edificios que nacen de ENERO Arquitectura son construcciones con alma. Espacios con entidad, que acogen, y que buscan establecer una relación cercana con los usuarios. Por eso, para nosotros, los hospitales y los hoteles han dejado de ser un mero espacio de tránsito; para nosotros, hospitales y hoteles ya pueden ser considerados lugares.