Desde la Edad Antigua, la cal ha sido un elemento clave en la construcción. Se utiliza como conglomerante y como pintura para blanquear las paredes, ofreciendo un reflejo de la luz solar capaz de mantener el fresco en los interiores de las viviendas. Su luminosidad ha definido la arquitectura de zonas enteras de nuestro país.

España contaba con un gran número de maestros caleros dedicados a la extracción del óxido de calcio hasta finales del siglo XIX, cuando el proceso comenzó a industrializarse. El método tradicional de generación de cal se basa en grandes pozos excavados en el suelo, de unos cuatro metros de profundidad y unos tres de diámetro, con las paredes de material arcilloso para conservar el calor.

Los hornos se cubren con piedra caliza, dejando un hueco en la parte inferior para el fuego, que debe avivar constantemente el maestro calero durante varios días. La cal surge de someter a la piedra a temperaturas superiores a los 900 grados centígrados.

Este procedimiento es el que nutrió de materia prima durante siglos a las construcciones y en Enero Arquitectura hemos contribuido a mantener la tradición de los maestros caleros colaborando con ellos para algunos de nuestros proyectos.

En Enero Arquitectura entendemos la rehabilitación del patrimonio como una recuperación de la historia. Trabajamos para el futuro recuperando parte del pasado. En España quedan unos cinco maestros caleros acreditados, con uno de ellos tuvimos el gusto de colaborar en la recuperación de varios edificios históricos en Asturias y Galicia.