Asesorar antes de la compra, la labor desconocida de los arquitectos
¿Creías que la labor del arquitecto se resume en el diseño de plano y la supervisión de las obras? ¡Pues no! Como buenos conocedores tanto de los aspectos legales como del lenguaje específico del proceso integral de construcción, los arquitectos estamos capacitados también para ejercer una importante labor de asesoramiento en alguna o en todas las fases del proceso, incluida la compra de un inmueble.
¿Está bien la vivienda que estoy pensando en comprar? ¿Qué posibilidades tiene a futuro? ¿Cuánto costará dejarla a mi gusto? A menudo, la gente de nuestro entorno recurre a nosotros para pedir ayuda cuando está pensando en adquirir una casa, algo cotidiano que pone de relevancia la labor del arquitecto como asesor en las diferentes fases del proceso de construcción o rehabilitación de una vivienda.
Muchos son los casos en los que el arquitecto puede ofrecer un servicio de asesoramiento puntual en alguno de los eslabones de la cadena de adquisición de un inmueble. A continuación veremos algunos ejemplos:
Fase 1: compra del inmueble.
Ya sea una vivienda construida o un solar pendiente de edificación, los conocimientos urbanísticos técnicos y jurídicos de un arquitecto pueden hacer que desde una fase muy primaria se conozca la viabilidad de la operación y si se trata, o no, de una oportunidad de negocio.
Fase 2: tipos y obtención de licencias.
A la hora de realizar la compra e iniciar las obras, puede ocurrir que el cliente no sepa qué tipo de licencia tiene que solicitar, o si necesita la intervención de un profesional cualificado o el diseño y ejecución de un proyecto técnico. De nuevo es esencial la labor de un asesor que gestione el proceso y que traduzca en términos legibles para el cliente lo que se solicita.
Fase 3: Asesoramiento y coordinación de los profesionales en fase de construcción.
Una vez en fase de construcción, el cliente puede verse en serias dificultades a la hora de gestionar los tiempos y coordinar los trabajos. La intervención de un arquitecto que profesionalice sus ideas, le asesore sobre materiales y acabados y conozca cómo tratar y coordinar a los profesionales de la construcción, invita al cliente a disfrutar del proceso.
Estos casos descritos podrían ser extrapolados a otros proyectos y clientes, cada uno dentro de su grado de complejidad, todos ellos convergentes en un único punto: generar satisfacción y tranquilidad en el usuario, para que se sienta lo más acompañado posible en un proceso que sabemos que muchas veces puede ser complicado.