Entrevista a David Fuente, Ingeniero HVAC en Enero Arquitectura
David Fuente, ingeniero HVAC en Enero Arquitectura nos cuenta y ejemplifica qué significan sus siglas y por qué son importantes en cualquier proyecto de arquitectura hospitalaria o de cualquier índole, desde la ingeniería. El trabajo que ha realizado David durante estos últimos años ha servido para que algunos de nuestros edificios terminados recientemente sean hoy una realidad siguiendo los altos estándares de calidad que requieren las edificaciones de hoy.
¿Qué es y cómo funciona un sistema HVAC? En general.
Son las siglas de Heating, Ventilation and Air Conditioned. El objetivo es controlar un ambiente interior en cuanto a temperatura, humedad relativa, corrientes y calidad del aire para conseguir confort, higiene, eficiencia energética y/o condiciones óptimas para realizar un determinado trabajo. Será prioritario un objetivo u otro según el uso del local, no es lo mismo residencial que hospitalario, por ejemplo.
¿Cuál es tu objetivo en un proyecto de arquitectura hospitalaria?
El objetivo fundamental es la bioseguridad ambiental junto con la fiabilidad, sin perder de vista el confort y la eficiencia energética. Son edificios muy complejos: ocupación permanente, variedad de usuarios (pacientes, visitantes, trabajadores de todo tipo) y gran variedad de usos en el edificio (médicos, laboratorios, cocina, administración, lavandería, etc).
¿Se podría no utilizar sistemas de climatización en los centros de salud?
Son indispensables, ya que como te comentaba, la climatización no sólo consiste en calentar o enfriar un ambiente, también se encarga de controlar la calidad y los flujos de aire, y esto no lo podemos hacer de forma pasiva o natural.
En el caso de un hospital, por ejemplo, ¿cómo podríamos conseguir que estos sistemas activos sean más eficientes energéticamente?
Es complicado porque la norma exige una renovación de aire muy alta, lo que se contrarresta energéticamente con recuperadores de calor. Los altos niveles de filtración del aire en zonas como quirófanos elevan los consumos de los ventiladores, por lo que se usan motores de alta eficiencia. A favor tenemos que un hospital demanda refrigeración incluso en invierno, y el calor residual producido se puede destinar a la calefacción de otras áreas del edificio. Una medida de ahorro importante sería el uso de torres de refrigeración, pero no son habituales en el sector hospitalario porque están estigmatizadas socialmente por el “riesgo” de legionelosis.
¿Cuál es el futuro cercano en tu profesión?
La climatización supone un 40% del consumo total de un hospital, y un hospital consume unas 3 veces más energía que otros edificios. Pero el mayor ahorro energético viene por otro lado: un buen sistema HVAC reduce las enfermedades nosocomiales (enfermedades contraídas en un hospital) y aumenta el confort, reduciendo los tiempos de hospitalización. Reducir un 10% los tiempos de hospitalización permite ahorrar 25 veces más que reducir un 10% los costes de climatización. Así que capacidad para optimizar tenemos todavía mucha y obviamente contamos con el respaldo de las propiedades por el ahorro que supone. Me parece una buena línea de desarrollo en esta profesión.
Dentro de los proyectos que tenemos, ¿cuál es el que más respeta los principios de un ingeniero HVAC y por qué?
Claramente los de nueva construcción, como son el Centro de Protonterapia o el Hospital de Córdoba, donde se aplican las normas actuales en cuanto a seguridad, calidad y eficiencia.
Si pudieras contarme tu sueño, dentro de la ingeniería hospitalaria, ¿cómo te imaginarías un hospital dentro de 10 años?
La tecnología se desarrolla de forma exponencial, así que en 10 años habremos avanzado más que en los 100 años anteriores. Lo que sí creo es que un hospital parecerá menos un hospital y más un hotel de 5*, donde no sólo se buscará la excelencia a nivel médico, sino también en el confort del paciente en todos los ámbitos.