
Espacios pensados para el paciente: la filosofía de enero arquitectura para los proyectos hospitalarios del siglo xxi
Hasta hace relativamente poco tiempo, el paradigma de la arquitectura hospitalaria eran los médicos y profesionales que trabajaban en los centros sanitarios. Sin embargo, desde hace algunos años, se ha ido asentando una nueva tendencia que está permitiendo desarrollar un concepto arquitectónico diferente y más humanizado de estos espacios, tomando como referencia al paciente, y proyectando ambientes confortables y amables que contribuyan a mejorar su diagnóstico y tratamiento desde el momento que cruza el umbral de la puerta. La luz natural, el uso de los colores, la disposición del espacio o la calidad acústica , son solo algunos de los factores que, empleados en armonía y con un conocimiento preciso de los biorritmos humanos, consiguen generar atmósferas agradables que mejoran la salud física y anímica de pacientes y trabajadores. Más del 60% de nuestra salud está condicionada por el entorno en el que habitamos normalmente, un dato que debe ser tenido en cuenta a la hora de diseñar y proyectar aquellos espacios que tienen como finalidad contribuir al tratamiento y recuperación de personas que padecen alguna dolencia.
¿CÓMO APLICAMOS EN ENERO ARQUITECTURA ESTOS CONCEPTOS A LA ARQUITECTURA HOSPITALARIA?
En ENERO Arquitectura aplicamos la innovación y la tecnología para crear entornos confortables y humanizados para los pacientes; y saludables y eficientes para los trabajadores, ya que gran parte del bienestar de una persona reside en su equilibro emocional y la comprensión de su entorno. Nuestra idea de arquitectura hospitalaria gira sobre el concepto de diseñar espacios manteniendo el sentido de coherencia, es decir, factores que ayuden a los pacientes a comprender el entorno y percibirlo de forma coherente, estructurada y comprensible. Para ello, diseñamos atmósferas que transmitan calidez, confianza y entornos que contribuyan a la interacción social y al bienestar personal de los pacientes, especialmente cuando se trata de menores o personas que permanecen ingresadas por largos periodos de tiempo. A la hora de empezar a desarrollar el proceso de diseño de un centro hospitalario, tenemos en cuenta los objetivos que se quieren logar: generar salud, mejorar la calidad de vida y desarrollar el sentido de la coherencia, es decir, humanizar la asistencia y estancia de los pacientes. Para ello son importantes y tenemos en cuenta los siguientes puntos:
- La percepción y la ubicación: el empleo de los colores para facilitar la ubicación dentro del edificio y proyectar espacios fácilmente reconocibles y distinguibles a simple vista.
- El uso de los colores, las formas y las texturas: los colores cálidos aportan una placentera sensación decalma y sosiego; las imágenes de entornos naturales también transmiten tranquilidad, y la integración detexturas fácilmente reconocibles aportan sensación de seguridad.
- La luz natural y las vistas al exterior: no solo disminuyen el estrés del paciente, sino que contribuye arespetar los ritmos circadianos. En zonas como los quirófanos, mejora considerablemente la sensaciónde bienestar del paciente y de los trabajadores.
- El entorno restaurativo: integración de los espacios naturales que rodean el centro hospitalario, el usode elementos naturales como la piedra caliza o la madera, y el uso de formas que recuerden o sugieranseres vivos.
- Higiene acústica: generar espacios de silencio y evitar ruidos nocivos para el paciente.
- Lugares de encuentro y socialización: áreas de distracción para niños y adultos, pero también lugarescon intimidad para el esparcimiento personal. Este punto es especialmente importante en las áreaspediátricas, donde es importante reforzar el contacto de los pacientes con otros niños y niñas parareducir la ansiedad y el miedo de los menores y sus familiares.
- Lugares de desarrollo físico y cognitivo: como zonas de lectura y de recreo integradas tanto en las áreasinteriores como exteriores del hospital.