Un viaje arquitectónico: arquitectura hospitalaria histórica y moderna
El verano es la mejor época para viajar y en ENERO Arquitectura queremos llevaros con nosotros a visitar algunos de los iconos de la arquitectura hospitalaria en nuestro particular tour por el mundo.
Desde que los aristócratas ingleses comenzasen durante el siglo XVII a realizar su Grand Tour para descubrir el arte clásico y renacentista de Italia, el viaje se ha convertido en un itinerario de descubrimiento que nos lleva a conocer y sorprendernos.
A lo largo de estos años hemos recopilado en el blog de ENERO Arquitectura proyectos de arquitectura hospitalaria tanto histórica como moderna, así que tenemos la excusa perfecta para emprender este viaje y descubrir más a fondo otros ejemplos.
EL SANATORIO DE EPIDAURO: EL NACIMIENTO DE LA CURA
Nuestra primera parada nos transporta a la Antigua Grecia, a un lugar donde el cuidado de la salud tenía una dimensión casi sagrada: el sanatorio de Epidauro. Ubicado en el noreste del Peloponeso, este sitio no es solo un complejo hospitalario, sino un testimonio de cómo los antiguos griegos entendían la salud y el bienestar.
El sanatorio de Epidauro, también conocido como el Asclepeion, se construyó en honor a Asclepio, el dios de la medicina. Este centro de curación data del siglo IV a.C. y era famoso en todo el mundo antiguo. El complejo se situaba en un entorno natural privilegiado, rodeado de montañas y vegetación, lo que contribuía a la sensación de tranquilidad y bienestar que se buscaba para los pacientes.
El sanatorio no solo ofrecía tratamientos médicos, sino que también combinaba elementos religiosos y psicológicos. Los pacientes participaban en rituales, rezos y sacrificios a Asclepio, con la esperanza de recibir sueños reveladores que les ayudarían a sanar. La terapia de sueño, conocida como «incubatio», era central en este sanatorio. Los pacientes dormían en el templo de Asclepio y se creía que el dios les enviaba sueños con indicaciones sobre sus tratamientos.
Además del templo el complejo incluía instalaciones deportivas, baños termales y un teatro, lo que refleja una comprensión holística de la salud integrando el bienestar físico, mental y espiritual. El teatro de Epidauro, famoso por su acústica excepcional, no solo ofrecía entretenimiento, sino que también formaba parte de la terapia, ya que se creía que el teatro tenía propiedades curativas.
El diseño arquitectónico del sanatorio de Epidauro también merece una mención especial. Las estructuras estaban dispuestas de manera que maximizaran la exposición a la luz natural y la ventilación, aspectos que hoy reconocemos como esenciales para un ambiente de curación saludable. Las instalaciones termales utilizaban fuentes naturales de agua caliente y fría, aprovechando las propiedades curativas de las aguas minerales.
El sanatorio de Epidauro no solo es un monumento a la medicina antigua, sino también un precursor de la idea moderna de un centro de bienestar. Su enfoque integral, que combinaba tratamiento médico, actividad física, ocio y prácticas espirituales, sigue siendo relevante en la arquitectura hospitalaria contemporánea. La influencia de Epidauro se puede ver en la evolución de los hospitales a lo largo de la historia, donde la conexión con la naturaleza y la importancia del entorno físico siguen siendo elementos clave en el diseño de espacios de curación.
OSPEDALE MAGGIORE: UN ICONO RENACENTISTA EN MILÁN
Nuestra siguiente parada nos lleva al corazón de Italia, a la vibrante ciudad de Milán, donde se encuentra el Ospedale Maggiore, también conocido como Ca’ Granda. Este hospital, fundado en 1456 por el duque Francesco Sforza es uno de los primeros ejemplos de hospitales renacentistas y representa un hito en la historia de la arquitectura hospitalaria.
El Ospedale Maggiore fue concebido por el arquitecto Filarete, cuyo diseño reflejaba las innovaciones del Renacimiento en términos de funcionalidad y estética. El complejo se organizaba en torno a dos patios principales, con una disposición que facilitaba la ventilación y la entrada de luz natural en todos los pabellones. Esta estructura no solo mejoraba las condiciones de los pacientes, sino que también permitía una mejor circulación del personal médico y de los visitantes.
El diseño del hospital se inspiraba en los principios de la simetría y la proporción, características del Renacimiento, y combinaba elementos arquitectónicos góticos con innovaciones renacentistas. Los techos abovedados y los grandes ventanales permitían tanto ventilación óptima como la entrada de luz, esenciales para la recuperación de los pacientes. Las alas del hospital se organizaban de manera que los pacientes con enfermedades infecciosas estuvieran separados de aquellos con otras dolencias, un concepto avanzado para la época.
El Ospedale Maggiore también fue pionero en la introducción de servicios médicos especializados. Albergaba diferentes secciones para el tratamiento de diversas enfermedades, incluyendo un ala dedicada a la maternidad y otra a la cirugía. Esto permitió una atención más específica y eficiente, sentando las bases para la especialización en medicina que vemos en los hospitales modernos.
Este hospital no solo fue un centro de tratamiento médico, sino también un ejemplo de cómo la arquitectura puede contribuir al bienestar emocional de los pacientes y del personal.
Con el tiempo, el Ospedale Maggiore ha pasado por varias ampliaciones y renovaciones, adaptándose a las necesidades cambiantes de la medicina y la población. Sin embargo, ha mantenido su esencia renacentista y su compromiso con la atención médica de calidad.
SANTA MARIA NUOVA: UNA JOYA MEDIEVAL EN FLORENCIA
Continuamos nuestro viaje en Italia, esta vez en Florencia, donde se encuentra el Hospital de Santa Maria Nuova, uno de los hospitales más antiguos del mundo aún en funcionamiento. Fundado en 1288 por Folco Portinari, el hospital ha sido testigo de la evolución de la medicina y la arquitectura hospitalaria durante más de siete siglos.
El Hospital de Santa Maria Nuova nació como una institución caritativa para cuidar a los pobres y enfermos de Florencia. Su fundación fue posible gracias a la generosidad de la familia Portinari, y el hospital rápidamente se convirtió en un modelo de organización y atención médica en la Europa medieval. Su diseño inicial reflejaba las necesidades de la época, con salas grandes y espacios comunes que permitían la atención a múltiples pacientes al mismo tiempo.
A lo largo de los siglos, el hospital ha pasado por varias fases de expansión y renovación, adaptándose a los avances en la medicina y a las necesidades cambiantes de la población. Durante el Renacimiento, el hospital fue ampliado y mejorado bajo la dirección de arquitectos como Michelozzo y Giuliano da Sangallo, quienes introdujeron elementos arquitectónicos más modernos y funcionales.
Uno de los aspectos más destacados de Santa Maria Nuova es su farmacia histórica, establecida en el siglo XVI. La farmacia, que todavía se conserva, es un testimonio de la importancia de la medicina y la botánica en la historia del hospital. Los frascos y herramientas originales, así como los registros históricos, ofrecen una visión fascinante de la práctica médica en aquella época.
El hospital también alberga una colección impresionante de arte religioso, incluyendo frescos, pinturas y esculturas que adornan sus capillas y salas. Estas obras de arte no solo embellecen el espacio, sino que también reflejan la relación entre la medicina y la fe.
En la actualidad Santa Maria Nuova sigue siendo un hospital en funcionamiento, combinando su rica herencia histórica con servicios médicos modernos. La integración de tecnologías avanzadas y prácticas médicas contemporáneas en un entorno histórico único hace de este hospital un ejemplo destacado de cómo el pasado y el presente pueden coexistir armoniosamente.
EL HOSPITAL DE LA VENERABLE ORDEN TERCERA: TRADICIÓN Y SERVICIO EN MADRID
Acabamos nuestro recorrido con dos paradas en nuestro país, la primera situada en el corazón de Madrid, donde se encuentra el Hospital de la Venerable Orden Tercera. Fundado en 1679 por la Venerable Orden Tercera de San Francisco, este hospital ha sido testigo de más de tres siglos de historia y servicio a la comunidad, siendo el más antiguo en funcionamiento de la ciudad.
El edificio del hospital es un ejemplo destacado de la arquitectura barroca madrileña. Su diseño refleja una mezcla de funcionalidad y belleza, con una disposición que facilita la circulación de aire y la entrada de luz natural en todas las salas. La fachada del hospital es sencilla pero elegante, con detalles arquitectónicos que resaltan su carácter histórico. Los arcos de medio punto y las pilastras decorativas añaden un toque de distinción a su apariencia.
El interior del hospital está organizado en torno a un patio central, un elemento común en la arquitectura hospitalaria de la época que permitía una mejor ventilación y acceso a la luz solar. Este patio no solo mejoraba las condiciones de los pacientes, sino que también ofrecía un espacio de tranquilidad y reflexión para los enfermos y el personal.
En el siglo XIX, se llevaron a cabo importantes obras de modernización que incluyeron la construcción de nuevas alas y la incorporación de tecnología médica avanzada para la época.
Hoy en día, el Hospital de la Venerable Orden Tercera sigue en funcionamiento, combinando su rica herencia histórica con servicios médicos modernos.
HOSPITAL DE ANTEZANA: UN LEGADO MEDIEVAL EN ALCALÁ DE HENARES
Nuestra última parada nos lleva a la histórica ciudad de Alcalá de Henares. Aquí encontramos el Hospital de Antezana, una institución que data del siglo XV y que se considera el hospital en activo más antiguo de España.
El Hospital de Antezana fue fundado en 1483 por el Cardenal Pedro González de Mendoza, con el objetivo de atender a los pobres y peregrinos que viajaban a través de la región. El hospital se situó estratégicamente en Alcalá de Henares, una ciudad que en esa época era un importante centro religioso y educativo. La fundación de este hospital reflejaba la creciente preocupación por la salud pública y el bienestar durante la Edad Media.
El edificio original del Hospital de Antezana sigue en pie, aunque ha sido objeto de varias restauraciones y modificaciones a lo largo de los siglos. Su arquitectura es un testimonio del estilo gótico tardío, con elementos que muestran una transición hacia el Renacimiento. La fachada del hospital, construida en ladrillo y piedra, se caracteriza por su portal de arco apuntado y las ventanas con tracería gótica.
El interior del hospital está organizado en torno a un claustro central, una característica típica de los hospitales medievales que servía tanto para la circulación como para proporcionar un espacio de calma y meditación. Este claustro, es uno de los elementos más notables del edificio y refleja la influencia de la arquitectura monástica en el diseño hospitalario.
A lo largo de los siglos, el Hospital de Antezana ha visto numerosas transformaciones. En el siglo XVI, con el auge de la Universidad de Alcalá, el hospital se benefició de la proximidad de una de las instituciones educativas más importantes de España. Este vínculo permitió el acceso a conocimientos médicos avanzados y la colaboración con académicos y médicos de renombre.
En el siglo XIX, el hospital fue ampliado y modernizado para adaptarse a las necesidades de la medicina contemporánea. Se añadieron nuevas alas y se mejoraron las instalaciones sanitarias, lo que permitió una atención más eficiente y especializada. Aunque el hospital ya no funciona como tal, el edificio ha sido preservado como parte del patrimonio histórico de Alcalá de Henares.