En 2005 nació en Reino Unido un movimiento llamado Ciudades en transición, al que se sumó un centenar de ciudades que aspiraban a vivir sin depender del petróleo. Esta iniciativa asentaba unas bases y daba determinadas herramientas para formar a los ciudadanos y ayudarles a cambiar sus hábitos de producción y consumo. De esta manera, lo que se quería conseguir era que los habitantes se comprometieran con el entorno urbano, fomentando un estilo de vida más sostenible y más respetuoso con el medio ambiente.

El impulsor de este movimiento fue el permacultor Rob Hopkins, quien creó una guía para que las ciudades sostenibles fueran una realidad. Para ello proponía una serie de adaptaciones en los ámbitos de la energía, la salud, la educación, la economía y la agricultura. El proyecto Ciudades en transición estaba en un principio dirigido a poblaciones pequeñas, donde las iniciativas podían tener alguna probabilidad de salir adelante. Sin embargo, Hopkins propuso la extensión del movimiento a ciudades más grandes, siempre y cuando se dividieran en barrios sostenibles que adoptaran las medidas a pequeña escala.

En ENERO Arquitectura creemos que el concepto de Ciudades en transición puede ser fácilmente aplicable a la arquitectura. La construcción de edificios sostenibles, que impulsen el agroturismo, la recuperación de oficios tradicionales y que no supongan un impacto medioambiental negativo es una realidad en la que algunos estudios de arquitectura ya estamos trabajando. Así que, ¿por qué no hablar de Arquitectura en transición?

Este movimiento podría traducirse en la adopción de una serie de medidas a la hora de llevar a cabo un proyecto arquitectónico:

  • Integración de la construcción en el entorno

En nuestro estudio pensamos que los edificios tienen que adaptarse al paisaje donde son construidos. En ocasiones, nos enfrentamos a obras que tienen que ser proyectadas en entornos únicos, donde el medio ambiente tiene una especial importancia. Este es el caso del Hospital de Villalba, edificado en la Sierra de Madrid; nuestro proyecto buscó la integración total de la construcción en el paisaje.

  • Recuperación de materiales gracias al impulso de oficios tradicionales

Las rehabilitaciones de patrimonio que llevamos a cabo en ENERO Arquitectura buscan en todo momento recuperar la esencia del edificio. La conservación de materiales originales y las colaboraciones con maestros de oficios tradicionales como la cantería o la carpintería son indispensables para conseguirlo.

  • Eficiencia energética

Otro de los objetivos que nos marcamos con muchos de nuestros edificios es conseguir la eficiencia energética a través de elementos arquitectónicos determinados. Por ejemplo, el aprovechamiento de la luz natural es algo que intentamos que siempre esté presente en nuestros proyectos. Nuestros proyectos sostenibles aportan la máxima eficiencia, generando recursos energéticos mediante métodos renovables.

  • Fomento de la agroecología y el agroturismo

Muchos de los proyectos de obra singular que hemos llevado a cabo en las Islas Baleares están dirigidos a crear una oferta turística diferente, potenciando la explotación agropecuaria y respetando la tradición de la agricultura tradicional del lugar.

En ENERO Arquitectura nos posicionamos a favor de una arquitectura de transición, porque creemos que es posible una sociedad donde los edificios sean más sostenibles y más respetuosos con el medio ambiente.