Bajo una nueva concepción en la elaboración de proyectos, fiel a nuestro modelo diferencial y en la conjunción de diseño y tecnología, decidimos apostar por la línea de proyectos de I+D del estudio para crear un centro infantil destinado a los hijos del personal sanitario del Hospital Rey Juan Carlos I de Madrid, sito en la localidad de Móstoles. El espacio de 300 metros cuadrados, aledaño al hospital, ha sido elaborado a partir de piezas modulares y da servicio a 60 niños en edades comprendidas entre los 0 y 3 años..
Para el desarrollo constructivo de la escuela partimos de un sistema altamente eficiente, en colaboración con Modulab, que incorpora elementos industrializados en base a unidades hexagonales, con la intención de generar una estructura orgánica y ligera, de fácil montaje y posibilidad de ampliación. Las principales ventajas de este tipo de desarrollo son la reducción de los tiempos de ejecución de obra, y por lo tanto sus costes, la consecución de mayor calidad en los acabados y el ahorro de energía en comparación con un edificio convencional. Los módulos, ensamblados en pares, conforman un conjunto de compleja geometría ejecutada a partir de dos unidades de gran sencillez, en la que cada uno de los hexágonos se dividen en dos módulos trapezoidales con cubierta a dos aguas.
La fachada del edificio juega con una doble piel compuesta a base de una primera hoja de panel sándwich de aluminio lacado en color que proporciona el mayor aislamiento térmico posible, y una segunda capa ejecutada con un panel estirado de acero lacado. Estos dos planos de diferente color y textura proporcionan al conjunto una tonalidad cambiante. En función del punto de vista y la luz que incide en el edificio, la fachada de la guardería ostenta tonalidades de un rojo intenso, o tiende hacia una gama cromática anaranjada. Estos mismos colores cálidos, de tonalidades amarillas y anaranjadas, continúan en el interior del edificio, creando un espacio amable y adaptado a la sensibilidad infantil.
Tratándose, efectivamente, de un edificio dirigido en última instancia a la población infantil, el diseño del espacio fue, desde el primer momento, desarrollado en función de la especificidad de tales usuarios. Por ello, junto a detalles inexcusables en este tipo de proyectos –como puertas antipilladedos o mecanismos eléctricos y tiradores inaccesibles–, se implementaron otros aportes como suelos flexibles y acolchados, o diseños singulares para la iluminación y climatización, que proporcionan a los niños un entorno propicio para estimular su creatividad y bienestar, dotando al mismo tiempo al edificio del ahorro energético para que sea un centro sostenible y eficiente.